El sistema de inyección de aire secundario (AIS), también llamado bomba de aire, es un componente clave del sistema anticontaminación de un vehículo. Su papel es fundamental para reducir las emisiones nocivas en el momento del arranque, cuando el catalizador aún no ha alcanzado su temperatura de funcionamiento óptima.
¿Cuál es la función del sistema de inyección de aire secundario (AIS)?
La misión principal del AIS es inyectar aire fresco directamente en el flujo de los gases de escape, antes del catalizador. Esta inyección de oxígeno permite proseguir la combustión del combustible no quemado y de los hidrocarburos residuales que salen del motor. Esta postcombustión tiene dos efectos beneficiosos principales: reduce significativamente las emisiones contaminantes y ayuda a que el catalizador se caliente más rápidamente, mejorando así su eficacia desde los primeros instantes tras el arranque.
Los diferentes tipos de sistemas AIS
Existen principalmente dos arquitecturas para estos sistemas. El primer tipo utiliza una bomba de aire mecánica, accionada por el cigüeñal mediante una correa, que impulsa el aire directamente al escape. El segundo tipo, más moderno, es el sistema de aspiración pulsada. Este no posee una bomba mecánica; en su lugar, utiliza las ondas de depresión creadas en el colector de escape para aspirar el aire ambiente a través de una válvula y conducirlo hacia el catalizador.
Los síntomas y causas de fallo más comunes
Un fallo del AIS se manifiesta a menudo con el encendido del testigo de gestión del motor y el almacenamiento de códigos de error (como P0410, P0411…). También se puede observar un aumento de las emisiones contaminantes durante la inspección técnica, ruidos anómalos de rodamiento (si la bomba está gripada o floja) o una pérdida de potencia menor. Las averías más frecuentes afectan a la propia bomba de aire, a la válvula antirretorno que se atasca, a las electroválvulas que fallan, o a los conductos y manguitos que se obstruyen o perforan.
Conclusión
El sistema de inyección de aire secundario es un elemento esencial para el cumplimiento de las normas anticontaminación. Su correcto funcionamiento es crucial para minimizar el impacto ambiental del vehículo, especialmente durante las fases de arranque en frío. Por lo tanto, un mantenimiento regular y una reparación rápida en caso de fallo son primordiales.