El “Padrino del GT-R”, Hiroshi Tamura, expresa el deseo personal de que los futuros modelos míticos de Nissan conserven un motor de combustión. Mientras la producción del R35 acaba de terminar tras 18 años de carrera, sin un sucesor inmediato, el embajador de deportivos de la marca japonesa comparte su visión para el futuro del icónico modelo.
El fin de una era para el Nissan GT-R R35
La producción del Nissan GT-R R35 ha terminado oficialmente esta semana, cerrando 18 años de reinado sin que un sucesor directo esté listo para tomar el relevo. El Director de Planificación de Nissan para América del Norte había mencionado un R36 provisional, potencialmente turboalimentado y electrificado, desarrollando más de 600 caballos, con un lanzamiento previsto entre 2028 y 2031. Un horizonte aún lejano.
La preferencia personal del “Padrino”
Hiroshi Tamura, el ex Jefe de Especialistas de Producto del R35 apodado el “Padrino del GT-R”, ha ofrecido su opinión personal sobre lo que le gustaría ver para la próxima generación. Spoiler: desea que conserve su motor térmico.
“Para cualquier futura generación del GT-R, esto es solo una preferencia personal, pero me gustaría que aún conservara la nota de una cámara de combustión”, declaró Tamura en una reciente entrevista. Sin embargo, quiere aclarar: “Esto no es una indicación oculta de la intención de la empresa, ni una pista sobre una dirección potencial que Nissan podría tomar, sino solo mi preferencia personal.”
Un embajador apasionado
Es importante señalar que Tamura se ha jubilado desde entonces de su puesto en la planificación del GT-R para asumir el papel de embajador de los deportivos de Nissan. Un papel que le queda como anillo al dedo, a él que vio a los Hakosuka Skylines rugir en el circuito de Fuji y que conducía a diario un 240ZG en los años 70.
La sonrisa del cliente como filosofía
Más allá de la motorización, Tamura comparte un punto crucial respecto al futuro del GT-R, que debería tranquilizar a los fans más impacientes.
“El punto de partida y el objetivo siempre deben ser llevar una sonrisa al cliente, ofrecer un verdadero placer de conducción”, afirma. “Le digo a la gente que sea paciente. Tuvimos un vacío de diecisiete años entre la segunda generación y el R32, pero Nissan nunca abandonó el GT-R.”
Un legado que perdura
El emblema GT-R efectivamente estuvo en letargo antes de la llegada del R32 en 1989, una década que marcó el inicio de su edad de oro. A pesar de sus recientes dificultades y sus turbulencias corporativas, Nissan parece seguir considerando al GT-R como su estrella polar. La marca no ha perdido de vista su importancia y claramente quiere perpetuar este legado. Mientras esperamos el próximo capítulo, las palabras de Tamura nos dejan nostálgicos, pero confiados en el futuro de la leyenda.