El arte de la exageración sobre ruedas eléctricas
La llegada del Rolls-Royce Spectre marcó un hito histórico: la electrificación del lujo supremo. Sin embargo, para el preparador alemán Mansory, el potencial de la primera coupé eléctrica de la marca era un lienzo en blanco. Su interpretación, bautizada ‘Equist.a Linea Oro’, no es una simple personalización; es una redefinición ostentosa del lujo automotriz, aplicando su filosofía de transformación radical a la nueva era eléctrica.
Una metamorfosis visual sin precedentes
Mansory ha sometido al Spectre a una cirugía estética integral. La carrocería se amplía con pasos de rueda abultados y un nuevo kit de carrocería completo que incluye un difusor delantero agresivo, faldones laterales y un enorme alerón trasero integrado. El material estrella es la fibra de carbono forjada, presente en prácticamente todos los elementos aerodinámicos. Pero el detalle que capta todas las miradas es el acabado ‘Linea Oro’, con finas líneas doradas que recorren los bajos y acentúan las líneas del vehículo, creando un contraste sublime con pinturas oscuras o mates.
Lujo y potencia en la era eléctrica
El interior sigue la misma filosofía de exceso controlado. Mansory cubre los habitáculos con la más fina cuero personalizado, a menudo en combinaciones de color atrevidas, e incrusta detalles en fibra de carbono y aluminio. El logotipo de la empresa aparece bordado en los reposacabezas y grabado en múltiples superficies. Aunque Rolls-Royce no suele revelar las cifras exactas de potencia del Spectre, es habitual que Mansory optimice el sistema eléctrico, prometiendo mejoras en la entrega de potencia y, posiblemente, en la autonomía, aunque el foco principal sigue siendo la declaración visual y de estatus.
Este ‘Equist.a Linea Oro’ simboliza la convergencia entre la tradición del lujo británico más exclusivo y la cultura del tuning de alto voltaje. Mansory demuestra que la electrificación no frena la personalización extrema, sino que la impulsa hacia un nuevo territorio de exclusividad.