Secreto compartido: el Ford Mustang GTD le prestó su alerón al Mustang GT3. El tradicional dicho del automovilismo “corre el domingo, vende el lunes” ha sido invertido por Ford. Esta vez no es el coche de carreras el inspirado por el de calle, sino el de calle el que inspiró al de competición. La aerodinámica innovadora del Mustang GT3 en realidad heredó directamente de su gemelo legal para carretera, el Mustang GTD.
Un giro aerodinámico
Durante el desarrollo del Mustang GT3, el equipo inicialmente consideró un alerón trasero convencional montado en el maletero. Pero la llegada del proyecto GTD, la versión para carretera del monstruo de pista, lo cambió todo. Anthony Colard, gerente de diseño, y Greg Goodfellow, ingeniero jefe del programa, revelaron que el diseño del alerón de cuello de cisno fijado al pilar C nació originalmente para el coche de calle.
Origen de la innovación
La idea surgió seis meses después del inicio del desarrollo del GTD. Un diseñador propuso este método de montaje específico, una solución estéticamente agradable pero ingeniosa. Al fijar el alerón al pilar C ya reforzado, el equipo resolvió un gran desafío técnico: gestionar la carga aerodinámica crucial sin sobrecargar el maletero.
Una decisión funcional y estética
Tras validarse en el GTD, el equipo pronto se dio cuenta de que esta solución también se adaptaba perfectamente al GT3. Se tomó la decisión de unificar ambos modelos. Esta elección no solo resultó estilísticamente atractiva, sino que demostró ser altamente funcional, allanando especialmente el camino para una integración mucho más sencilla de la aerodinámica activa.
La llegada de la aerodinámica activa
La aerodinámica activa no estaba incluida en los planes iniciales del GTD. Sin embargo, el montaje en el pilar C, una estructura fija, facilitó el paso de cables y cableado necesarios para los sistemas activos. Esta innovación resultó crucial para el rendimiento, permitiendo que el Mustang GTD rodara el Nürburgring en un tiempo récord de 6:52.072, por debajo de los 7 minutos.
Como señaló Greg Goodfellow, sin la aerodinámica activa, romper la barrera de los 7 minutos habría sido “mucho más difícil”. Esta transferencia tecnológica única, de la carretera a la pista, se convirtió en un factor decisivo de rendimiento e innovación para Ford Performance.