Por qué el sonido de motor sintético es un enemigo del audio
En la búsqueda de una experiencia de conducción más emocionante, muchos fabricantes de automóviles han implementado sistemas de sonido activo. Esta tecnología, conocida como Diseño Sonoro Activo, genera un sonido de escape artificial que se reproduce a través de los altavoces del habitáculo. Lo que parece una mejora auditiva se convierte, en realidad, en un obstáculo significativo para los entusiastas que desean personalizar el sistema de audio de su vehículo.
Un desafío técnico para las mejoras de audio
La principal complicación surge cuando el propietario decide instalar componentes de audio de mayor calidad, como un amplificador o un subwoofer. El sonido sintético del motor, al estar integrado en la señal de audio general del coche, se mezcla y amplifica junto con la música. Esto genera interferencias, distorsiones graves y una experiencia sonora poco natural, donde los graves del motor simulado compiten con los de la música.
La complejidad del filtrado electrónico
Solucionar este problema no es sencillo. Eliminar el sonido artificial requiere identificar y filtrar frecuencias específicas que varían según el régimen del motor. Este proceso implica un conocimiento técnico profundo y, a menudo, el uso de procesadores de señal digital (DSP) para aislar y cancelar la señal no deseada. Para muchos, resulta una tarea desalentadora que transforma una simple mejora en un proyecto complejo y costoso.
Esta dependencia de lo artificial refleja una paradoja moderna: los coches son más silenciosos y eficientes, pero los fabricantes añaden ruido sintético para compensar la pérdida de carácter. Para el purista del automóvil y del audio, esta tendencia representa un desafío más en la búsqueda de una experiencia de conducción auténtica y personalizada.