El coche eléctrico podría impactar significativamente el panorama del seguro de automóviles. Un estudio reciente establece un vínculo directo entre el precio de las primas y un parámetro crucial: la complejidad y el coste de las reparaciones, particularmente aquellas relacionadas con la batería.
El corazón del problema: la batería y su reparabilidad
El principal desafío identificado reside en la reparabilidad de los vehículos eléctricos, y más específicamente de su batería en caso de fallo o accidente. A diferencia de las piezas mecánicas tradicionales, una batería dañada suele ser extremadamente costosa de reemplazar, y difícil, incluso imposible, de reparar de manera unitaria.
Un desequilibrio económico significativo
El estudio pone de relieve un desequilibrio de gran magnitud: el porcentaje del valor de la batería en relación con el valor total del vehículo es muy elevado. Esta proporción puede representar hasta el 40% o 50% del precio del coche nuevo. En caso de siniestro, el coste del reemplazo de la batería se convierte por tanto en un factor preponderante en el cálculo de la indemnización, lo que repercute mecánicamente en el monto de las primas de seguro para todos los propietarios de estos vehículos.
Las consecuencias para aseguradores y asegurados
Frente a este nuevo riesgo, las compañías de seguros deben revisar sus modelos actuariales. La frecuencia de los siniestros podría ser menor gracias a una mecánica simplificada, pero su gravedad financiera, por otro lado, es potencialmente mucho más importante. Esta nueva situación probablemente se traducirá en una adaptación de las escalas tarifarias, con un aumento de las primas para cubrir estos riesgos tecnológicos emergentes.