Ruido en el Motor al Acelerar: Causas y Soluciones

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Cuando escuchas un chirrido agudo o un rechinamiento proveniente del compartimento del motor durante la aceleración, es crucial no ignorar esta señal. Este ruido, a menudo relacionado con una correa del ventilador desgastada o dañada, puede revelar problemas mecánicos subyacentes. Comprender las posibles causas y saber cómo reaccionar te evitará reparaciones costosas.


¿Por qué Chirría la Correa del Ventilador?

El chirrido generalmente ocurre cuando la correa serpentina pierde su adherencia sobre las poleas del motor. Varios factores explican este fenómeno. El deslizamiento de la correa es una de las causas principales: una correa contaminada por aceite, líquido refrigerante, o simplemente desgastada, ya no logra sujetar correctamente las poleas del alternador, de la bomba de la dirección asistida o del compresor del aire acondicionado. Al acelerar, la carga sobre estos accesorios aumenta, lo que agrava el deslizamiento y genera un rechinamiento característico.

Un desgaste avanzado de la correa también puede ser la causa. Con el tiempo, las grietas, el deshilachado o el “vitrificado” (una superficie lisa y brillante) reducen su flexibilidad y adherencia. Durante las aceleraciones, estos defectos se vuelven más pronunciados, provocando chirridos. Un mal alineamiento de las poleas, debido a cojinetes defectuosos o a una instalación incorrecta, fuerza a la correa a desviarse de su trayectoria, causando un desgaste irregular y ruido.

Finalmente, una tensión incorrecta de la correa juega un papel clave. Una correa demasiado tensa desgasta prematuramente los cojinetes de los accesorios, mientras que una correa demasiado floja se desliza con frecuencia. Aunque los tensores automáticos de los vehículos modernos simplifican el ajuste, pueden agarrotarse o romperse con el tiempo.


poleas desalineadas

Diagnosticar el Problema: Pasos Clave

Para identificar la fuente del chirrido, comienza con una inspección visual. Examina la correa serpentina: grietas, áreas deshilachadas o una superficie brillante indican desgaste. Verifica luego las poleas: residuos, rastros de líquido o cojinetes dañados (juego excesivo, oscilación) pueden perturbar su funcionamiento.

Controla la tensión de la correa utilizando el tensor. Si es ajustable, consulta el manual del fabricante para ajustar la tensión. Una correa correctamente tensada debe tener un ligero juego (aproximadamente 1 cm) cuando se presiona firmemente. Si el tensor está defectuoso (bloqueado, corroído), sustitúyelo.

Utiliza una regla o una herramienta de alineación láser para verificar el paralelismo de las poleas. Un mal alineamiento, incluso mínimo, fuerza a la correa a rozar contra los bordes de las poleas, lo que genera ruido y un desgaste prematuro. Limpia las poleas con un desengrasante para eliminar residuos de aceite o suciedad.


soluciones para el ruido de la correa del ventilador

Soluciones y Prevención

Si la correa está desgastada o dañada, sustitúyela sin demora. Una correa nueva, junto con poleas limpias y bien alineadas, generalmente resolverá el problema. Para las poleas deformadas o con cojinetes agarrotados, es necesario un reemplazo.

El mantenimiento regular es la clave para evitar los chirridos. Inspecciona la correa cada 20,000 km o durante los cambios de aceite. En climas fríos, mantente alerta: el caucho endurecido puede deslizarse temporalmente, pero si el ruido persiste después de unos minutos, es necesario un ajuste.


Preguntas Frecuentes

«¿A qué se parece una correa defectuosa?»
Produce un chirrido agudo, especialmente al arrancar o bajo carga. El ruido puede evolucionar a un rechinamiento o golpeteo si el desgaste empeora.

«¿Cuándo reemplazarla?»
Ante los primeros signos de desgaste (grietas, ruidos), o cada 100,000 km. No retrases el reemplazo: una correa rota puede dañar el motor.

«¿El clima influye en el ruido?»
Sí. El frío rigidiza la correa, aumentando el deslizamiento inicial. El calor excesivo la vuelve más flexible, lo que también puede provocar chirridos.


Conclusión

Un chirrido de la correa durante la aceleración nunca debe ignorarse. Al identificar rápidamente la causa – desgaste, mala tensión o poleas defectuosas – evitarás averías costosas. Un mantenimiento preventivo, que incluya la limpieza de las poleas y las inspecciones regulares, prolongará la vida útil de la correa y asegurará el buen funcionamiento de tu vehículo.

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