Cuando es NORMAL que salga agua del tubo de escape
Es completamente normal que salga un poco de agua de tu tubo de escape, siempre que no sea en cantidades excesivas. Esto es, como mínimo, lo principal que debes recordar de este artículo.
#1 – Condensación natural de agua
El proceso de combustión interna no está exento de problemas, ya que a veces se forman contaminantes a lo largo del mismo. Los tres principales son vapor de agua, nitrógeno y dióxido de carbono.
Cuando arrancas tu coche, el vapor de agua y el CO2 se mezclan. Luego, una vez que llegas a tu destino y apagas el motor de tu vehículo, comenzarás a ver cómo ese vapor de agua se acumula en el interior de las puntas de escape.
Puede que notes algunas gotas aquí y allá, pero no es motivo de preocupación y es simplemente parte del funcionamiento normal de un coche. La condensación es la causa del 99% de los problemas de agua en el escape.
#2 – El convertidor catalítico produce vapor de agua
Los convertidores catalíticos, o “gatos”, son simplemente increíbles, ¿no?
Tan increíbles que algunos amigos de lo ajeno intentan robarlos directamente desde debajo de tu coche en el momento en que dejas el vehículo desatendido. Unos minutos, una sierra de calar y un individuo muy motivado harán que tu coche suene como un coche de carreras, y gratis.
Por supuesto, puedes conducir sin convertidor catalítico, pero probablemente serás sancionado en la revisión anual de emisiones o por la policía. Es mejor tener uno.
En cualquier caso, un catalizador elimina las toxinas creadas durante el proceso de combustión interna y genera un poco de vapor de agua como subproducto. Este vapor de agua puede acumularse en las puntas de escape y gotear de vez en cuando.
La conclusión clave es que, por regla general, no hay que preocuparse cuando se ven gotas de agua saliendo de las puntas de escape, siempre que sean mínimas.
Problemas potenciales que pueden causar agua en el escape
#3 – Junta de culata fundida
Cuando tu motor se calienta MUCHO, los componentes tienden a deformarse. En muchos casos, esto se debe a una junta de culata fundida. Tu junta de culata es como el gorila del motor, impidiendo que el combustible, el aceite y el refrigerante se mezclen en la fiesta. Cuando este gorila no hace su trabajo, tienes la receta para el desastre.
Si notas que sale más agua (quizás una taza por hora) de tu tubo de escape, puedes estar en un aprieto. Inspecciona el líquido. ¿Es claro? ¿O es un poco turbio y opaco? Si parece un poco lodoso, probablemente sea refrigerante. Si es así, apaga inmediatamente tu vehículo y abre el capó.
Quita la tapa del filtro de aceite. ¿El líquido es lechoso? ¿Verde? Si es así, son signos reveladores de una mezcla de refrigerante y combustible. Ahora tienes combustible que no se quema bien, aceite que no lubrica y refrigerante que no refrigera. Acabarás con un líquido lechoso y maloliente saliendo de tu tubo de escape, y deberías llevar tu vehículo al mecánico lo antes posible.
La sustitución de motores es muy cara, créeme, y es algo que quieres evitar a toda costa. Ignora al chico de la esquina que dice “Cambiar el motor no es tan malo, tío”.
Nota: Probablemente has ignorado algunas luces de control del motor, intervalos de mantenimiento u otras señales para cuando el líquido sale de tu escape, así que asegúrate de comprobar que el líquido es de aproximadamente una taza por hora y que huele mal. Probablemente sea solo condensación de agua.
#4 – Bloque del motor o culata agrietados
Hablemos del bloque del motor y de la culata. Son piezas cruciales de tu motor, y cuando se agrietan, tienes un serio problema entre manos. Esto suele ocurrir porque tu motor se ha recalentado o porque algo ha dañado físicamente el motor.
En raras ocasiones, el uso de agua en lugar de refrigerante adecuado a temperaturas extremadamente frías puede provocar congelación y expansión, lo que puede causar grietas. Pero con los anticongelantes modernos, esto es bastante raro.
Cuando el refrigerante se filtra a la cámara de combustión o al sistema de escape debido a estas grietas, verás agua o vapor saliendo del escape. También puedes notar que el nivel de refrigerante baja, que tu motor se calienta más de lo habitual y que el rendimiento de tu coche disminuye.
Si sospechas de este problema, prepárate para una factura de reparación salada. Reparar un bloque o una culata agrietados es un trabajo importante, y definitivamente no es algo que quieras ignorar. Créeme, tu cartera te lo agradecerá si lo detectas a tiempo.
#5 – Pistones o segmentos defectuosos
Por lo general, un fallo en el pistón y los segmentos del pistón no provoca agua en tu escape, a menos que la junta de culata también esté fundida al mismo tiempo. Una forma de diagnosticar si tus segmentos y pistones están dañados es buscar residuos de hollín negro o una película aceitosa en los extremos de tu escape.
También puedes notar ruidos inusuales en el motor, una pérdida repentina de potencia, un mayor consumo de aceite (por favor, revisa tu varilla medidora o tu indicador de nivel de aceite) y sobrecalentamiento, como indica tu indicador de temperatura. Mientras verificas estos problemas, presta atención al tipo y cantidad de humo que sale de tu escape cuando arrancas el coche.
Es menos preciso, pero si intentas diagnosticar específicamente si tus segmentos de pistón están defectuosos, observa el color azul oscuro/grisáceo de tu escape cuando aceleras el motor. Eso significa que tus segmentos de pistón están defectuosos.
Si estás reemplazando tu junta de culata debido al agua en el escape, es mejor que revises estos pistones y segmentos mientras estás en ello.
#6 – Falla del enfriador EGR
Ahora hablemos del enfriador EGR (recirculación de gases de escape). Este pequeño artilugio está diseñado para reciclar y reducir emisiones. Se encuentra principalmente en motores diésel, enfriando los gases de escape y devolviéndolos para otra pasada por el motor.
Pero cuando este componente tiene una fuga, es como dejar la manguera del jardín abierta en tu motor. El refrigerante comienza a filtrarse en el sistema de escape y, de repente, tu coche piensa que es una máquina de vapor de los años 1800.
Puede que notes humo blanco saliendo de tu tubo de escape, que el refrigerante desaparece misteriosamente y que tu motor funciona a una temperatura mucho más alta de lo normal. Aunque no es tan catastrófico como un bloque agrietado o una junta de culata reventada, sigue siendo una situación de “llevar al mecánico”.
Ignóralo y tu cartera podría empezar a llorar más fuerte que un adolescente que ha perdido su teléfono.
Diagnosticar el problema
Gran parte del diagnóstico se puede realizar con tus dos herramientas originales: tus manos y tus ojos.
Primero, arranca el coche en frío y sal a observar las puntas de escape. ¿Sale un flujo constante de agua? Si es así, apaga el motor. Luego, vuelve a subir.
¿Solo hay unas pocas gotas? Es simplemente condensación de agua y probablemente puedas conducir el coche con seguridad, siempre que no haya otro problema no relacionado con el escape que estés ignorando.
La respuesta corta
En el 99% de los casos, el agua que sale de tu tubo de escape se debe a una condensación normal y no es un problema. Sin embargo, si es una cantidad significativa de agua, haz que un profesional revise tu coche.






