La ZFE del Gran París sigue vigente pese a la ley nacional
En un giro político sin precedentes, la Metrópolis del Gran París ha decidido mantener activa su Zona de Bajas Emisiones. Esta determinación se produce justo después de que la Asamblea Nacional francesa votara, a finales de mayo de 2025, una ley que suprime el marco nacional de las ZFE. La medida coloca a la región capitalina en una posición única de autonomía regulatoria frente al Estado.
Un escenario jurídico excepcional
La situación crea un marco legal extraordinario. Por primera vez, una normativa medioambiental local permanece en vigor tras ser derogada a nivel nacional. Esto plantea interrogantes complejos sobre la jerarquía de las normas y la capacidad de las colectividades territoriales para legislar en materia de calidad del aire. Los fundamentos jurídicos que permiten esta excepción metropolitana se basan en competencias específicas de ordenación del territorio.
Impacto inmediato en la movilidad
Para los conductores, la decisión implica que las restricciones de circulación basadas en la Crit’Air (la pegatina ambiental) continúan aplicándose dentro del perímetro del Gran París. Los vehículos más contaminantes siguen sin poder acceder a la zona, un área que abarca 131 municipios. Esta continuidad busca proteger la salud pública de los casi 7 millones de habitantes de la metrópolis, argumentando una necesidad local específica.
El debate sobre la soberanía ambiental
La postura de la Metrópolis del Gran París reaviva el debate sobre la descentralización y la soberanía de las regiones en política ambiental. Los partidarios ven una valiente defensa de la salud pública y la autonomía local, mientras que los críticos señalan una fragmentación normativa que puede confundir a los ciudadanos. Este pulso entre lo local y lo nacional podría sentar un precedente para otras grandes ciudades europeas.