Toyota recicla antiguas baterías de vehículos eléctricos para alimentar la línea de producción de Mazda. A medida que la movilidad eléctrica se generaliza, la cuestión del destino de las baterías al final de su vida útil se vuelve crucial. Ante este desafío, Toyota ha desarrollado una solución innovadora: el Sweep Energy Storage System.
El Sweep System: una segunda vida para las baterías
Este ingenioso sistema recoge todas las baterías de alto voltaje, independientemente de su química y desgaste, para integrarlas en un sistema de almacenamiento de energía en fábrica. Se acaba de lanzar una prueba a gran escala en la planta de producción de Mazda en Hiroshima.
¿Cómo funciona la tecnología Sweep?
El Sweep Energy Storage System recupera las baterías de vehículos electrificados (híbridos o 100% eléctricos) y las conecta a la red eléctrica. La lógica de gestión energética desarrollada por Toyota monitorea y redirige el flujo de energía en fracciones de segundo, priorizando las baterías sanas y evitando las menos eficientes.
Una innovación económica y ecológica
El sistema también reutiliza los inversores de los vehículos electrificados, eliminando la necesidad de acondicionadores de potencia adicionales y reduciendo así los costos.
El sitio de Hiroshima: un terreno de pruebas ideal
El campus de Mazda en Hiroshima presenta una autonomía energética relativa, con sus propias centrales térmicas y solares. Esto lo convierte en un lugar perfecto para instalar el equipo Sweep y demostrar sus beneficios para los fabricantes de automóviles japoneses.
Hacia una gestión optimizada de las energías renovables
Los sistemas de Toyota y Mazda se han conectado a través de sus respectivos sistemas de gestión de energía. En el futuro, este sistema de almacenamiento servirá para regular la oferta y demanda de energía renovable, que fluctúa según el clima y la hora del día, contribuyendo así a la neutralidad de carbono.
Resultados prometedores desde 2022
Toyota y la compañía energética japonesa JERA lanzaron el primer sistema Sweep en 2022, conectándolo a la red eléctrica de Chubu. Esta unidad alcanzó una potencia máxima de 485 kW y almacenó 1.260 kWh, suficiente para alimentar a más de 1.200 hogares durante una hora. Su flexibilidad para aceptar baterías de calidad y química variables la convierte en una solución práctica y escalable para el reciclaje.