Un enfoque radical en la ingeniería
La Toyota GR GT no es un superdeportivo convencional. Su proceso de desarrollo rompió con toda tradición al comenzar por un objetivo único: la eficiencia aerodinámica absoluta. Antes de un solo boceto de diseño, los ingenieros de Gazoo Racing definieron la forma que el aire debía seguir. Esta filosofía “de dentro hacia afuera” prioriza el rendimiento puro sobre la estética, resultando en una máquina donde cada línea y curva tiene una función específica.
El vínculo directo con la competición
El propósito de este método es tan claro como ambicioso. La versión de calle de la GR GT y su homóloga para competir en la categoría GT3 comparten un ADN casi idéntico. Al desarrollar primero el coche de carreras y luego derivar el modelo de serie, Toyota asegura una transferencia de tecnología sin filtros. Este enfoque garantiza que la experiencia de conducción en carretera esté impregnada de la auténtica esencia de la competición.
El corazón híbrido V8
Para mover una carrocería optimizada al milímetro, Toyota ha confiado en una planta motriz de altas prestaciones: un propulsor híbrido V8. Esta combinación busca ofrecer la respuesta y el sonido característico de un motor de gran cilindrada, complementado por la potencia instantánea y la eficiencia que proporciona la tecnología híbrida. Es un binomio pensado para ofrecer un rendimiento brutal sin olvidar los requisitos medioambientales actuales.
El legado de un piloto
El impulso detrás del proyecto GR GT lleva la firma de Akio Toyoda, quien ha impulsado personalmente la filosofía de “hacer mejores coches a través de las carreras”. Su visión como piloto y presidente ha sido crucial para priorizar las sensaciones al volante y la victoria en los circuitos como pilares fundamentales del desarrollo. La GR GT es, por tanto, la materialización de un sueño competitivo que pronto llegará a la carretera.