La temperatura de funcionamiento de un motor de automóvil está en el rango de 90.5 a 104.4 grados. Esto se debe a que la alta tasa de combustión dentro del motor libera mucha energía en forma de calor.
Es necesario disipar este calor de manera eficiente y mantener la temperatura del motor dentro del rango adecuado. Si la temperatura alcanza un valor crítico, el motor puede sufrir daños. Para mantener la temperatura, se utiliza un radiador de automóvil para la disipación del calor.
Función del radiador
Básicamente, un radiador es un tipo de intercambiador de calor que utiliza un líquido refrigerante, como el agua, para absorber el calor del motor. El refrigerante circula entre el motor y se calienta. Aquí, el ventilador de refrigeración instalado cerca del radiador juega un papel crucial.
Cuando el refrigerante absorbe calor, su temperatura aumenta, pero el ventilador cerca del radiador sopla aire para enfriarlo. El aire forzado enfría significativamente el refrigerante mediante convección. Este ciclo continuo de absorción de calor por radiación y redispersión por convección del ventilador contribuye a mantener la temperatura del motor del automóvil.
Los radiadores modernos están hechos de plástico y aluminio. Aunque la conductividad térmica del aluminio es inferior a la del latón, el mayor tamaño de los radiadores de aluminio mejora la velocidad de enfriamiento del motor. Estos se fabrican soldando tubos de aletas de aluminio y tubos planos de aluminio, logrando un rendimiento equivalente al de dos filas de enfriadores de cobre o latón con solo una fila de tubos de aluminio.
Un termostato también se instala en la parte delantera del motor y detecta cuando la temperatura del motor supera un límite. A medida que aumenta la temperatura, el agua y el refrigerante fluyen desde el radiador, absorbiendo el calor generado por la fricción del motor y la combustión del combustible. La superficie del radiador es lo suficientemente grande para permitir el enfriamiento del fluido, y además del ventilador, el aire del entorno circundante se introduce a través de las aberturas de refrigeración del motor.
Síntomas de un radiador defectuoso
El radiador desempeña un papel vital en la disipación del calor del motor, garantizando su funcionamiento normal y previniendo fallos. Con el tiempo, el radiador puede volverse defectuoso por varias razones. A continuación se enumeran las principales causas:
Nivel bajo de refrigerante
El refrigerante, normalmente agua, pero idealmente una mezcla de anticongelante y agua, circula alrededor del motor a través de una bomba y se enfría en el radiador. Este anticongelante evita que el agua se congele en ambientes fríos y hierva en ambientes calurosos. Un nivel bajo de refrigerante es una causa común y fundamental del sobrecalentamiento. La falta de refrigerante significa menos flujo de fluido hacia el motor, lo que resulta en una reducción de la capacidad del motor para absorber y disipar calor.
Normalmente, el nivel del líquido no disminuye, pero problemas como fugas en la junta o en las tuberías o el radiador pueden hacer que baje, causando problemas de sobrecalentamiento. Si se observa una fuga de refrigerante debajo del vehículo estacionado, se recomienda encarecidamente inspeccionar el radiador, ya que podría convertirse en un problema grave.
Sobrecalentamiento
Un nivel bajo de refrigerante puede provocar el sobrecalentamiento del motor. Un radiador obstruido también es una causa de sobrecalentamiento. Si nota sobrecalentamiento, asegúrese de revisar el radiador. Para más detalles sobre el sobrecalentamiento, consulte nuestro artículo “Sobrecalentamiento”.
Causas del sobrecalentamiento por un radiador defectuoso
Radiador obstruido
A veces, el radiador se obstruye con suciedad y sedimentos, restringiendo el flujo de refrigerante. Las principales causas de obstrucción del radiador son el polvo, insectos muertos y objetos extraños. Esta obstrucción puede ser visible desde el compartimiento del motor. Si no es visible, podría ser una obstrucción interna del radiador, detectable con una cámara termográfica infrarroja.
Material inadecuado
Los radiadores solían ser de cobre o latón, pero luego se adoptó el aluminio para reducir peso y costos. Además del costo y peso, se sabe que el aluminio supera al cobre y latón en rendimiento de refrigeración. Si aún no lo tiene, se recomienda cambiar a un radiador de aluminio, ya que los antiguos de latón son ineficientes para el control de temperatura.
Tapa del radiador defectuosa
Una tapa del radiador defectuosa puede causar derrames de refrigerante. Una tapa en mal estado es una de las causas más comunes pero pasadas por alto. Si la tapa no sella correctamente, puede haber fugas de refrigerante, provocando un aumento de la temperatura del motor.
Termostato defectuoso
El termostato no solo controla el encendido y apagado de los compresores, sino que también actúa como una válvula que regula el flujo de fluido para la absorción de calor según la temperatura del motor. Si el termostato no funciona correctamente, puede atascarse, impidiendo que el agua del motor regrese y causando sobrecalentamiento. Este es uno de los problemas más frecuentes.
Problemas del ventilador
Incluso si el radiador en general está en buen estado, el ventilador conectado puede fallar. Esto se debe a paradas eléctricas o mal funcionamiento del motor del ventilador. Un ventilador defectuoso resulta en un enfriamiento inadecuado del refrigerante. Dependiendo del estado, el ventilador puede repararse o reemplazarse según sea necesario.
El radiador también está equipado con depósitos de entrada y salida. Estos depósitos transportan el refrigerante caliente desde el motor al radiador. Las fugas en estos depósitos pueden repararse, y si es necesario, pueden reemplazarse individualmente. Generalmente, el costo de reemplazar un enfriador, incluyendo mano de obra, ronda entre 350 y 400 dólares.