Estudio científico desmiente un riesgo mayor con vehículos eléctricos
La transición hacia la movilidad eléctrica ha venido acompañada de debates sobre seguridad, especialmente en entornos urbanos. Una preocupación recurrente ha sido si los vehículos eléctricos, por su menor nivel de ruido a bajas velocidades, suponen un riesgo mayor para los peatones. Una investigación reciente de la Universidad de Leeds aporta datos concluyentes que desmienten esta creencia generalizada.
El silencio no es sinónimo de peligro
El argumento principal se centraba en la falta de ruido del motor, que podría dificultar que los peatones, especialmente aquellos con discapacidad visual, detectaran la aproximación de un vehículo. Sin embargo, el estudio analizó datos reales de siniestralidad y concluyó que no existe una correlación estadística significativa que demuestre que los coches eléctricos estén implicados en más atropellos que los vehículos de combustión en condiciones urbanas similares.
Factores que influyen en la seguridad vial
Los investigadores señalan que la seguridad peatonal depende de un conjunto complejo de factores mucho más amplio que el simple ruido del motor. La velocidad de circulación, el diseño urbano, la atención del conductor y del propio peatón, y la visibilidad son elementos críticos. Además, muchos vehículos eléctricos modernos están equipados con sistemas de aviso acústico (AVAS) que emiten un sonido a bajas velocidades, regulado por normativas de la Unión Europea.
Este hallazgo es crucial para informar políticas públicas y para tranquilizar a la ciudadanía. Lejos de ser una amenaza, la electrificación del parque móvil, combinada con medidas de pacificación del tráfico y tecnología de asistencia, puede contribuir a crear entornos urbanos más seguros y silenciosos para todos.