
El sistema de frenos antibloqueo (ABS) no solo es un componente crucial en los sistemas de seguridad de los vehículos nuevos, sino que también hace que el frenado sea mucho más eficiente y sencillo. Aquí tienes una guía sobre qué es y cómo funciona.
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- Los frenos antibloqueo han contribuido, quizás más que cualquier otra innovación, a garantizar una experiencia de conducción cómoda para el conductor. Se han incorporado a los coches desde la década de 1970, y la legislación de la UE los ha hecho obligatorios en todos los vehículos desde 2004.
Los frenos antibloqueo se utilizaron por primera vez en la década de 1950, originalmente para evitar que los aviones patinaran en la pista durante el aterrizaje. Este sistema hidráulico reducía la distancia de frenado de los aviones al aterrizar y disminuía el riesgo de reventón de los neumáticos. Pronto, los ingenieros comenzaron a darse cuenta de que este tipo de sistema también podía mejorar significativamente la seguridad de los automóviles.
Incluso los conductores más experimentados pueden enfrentarse a peligros inesperados en la carretera y necesitar frenar bruscamente con rapidez para evitar una colisión o un peligro inminente. Este tipo de frenado de emergencia, o conducir en carreteras resbaladizas, son situaciones para las que está diseñado el ABS de un coche. Mucha gente sabe que su coche está equipado con ABS y puede conocer el significado de este acrónimo, pero pocos entienden su propósito exacto y cómo funciona.
Cómo funcionan los frenos antibloqueo
En términos simples, el sistema de frenos antibloqueo utiliza controles electrónicos para supervisar los frenos y evitar que las ruedas se bloqueen al frenar. Las ruedas se bloquean cuando se aplica una fuerza de frenado mayor de la que el neumático puede soportar, lo que a menudo detiene la rotación y hace que todo el coche patine. Los frenos antibloqueo del coche entran en acción en estas situaciones, cuando detectan que una rueda está a punto de bloquearse, reduciendo el riesgo de patinazo cuando el conductor frena bruscamente (por ejemplo, al tomar una curva, ante un peligro inesperado en la carretera, o cuando los frenos no responden en superficies resbaladizas).
El sistema de frenos antibloqueo funciona a través de sensores de detección instalados en las ruedas del coche. Estos sensores están montados en cada buje de la rueda y miden la velocidad de rotación de cada una. Los sensores detectan una desaceleración anormal de la rueda. Justo antes de que una rueda se bloquee, se produce una desaceleración abrupta. Si no se hace nada, la rueda se detendría mucho más rápido que cualquier coche. En condiciones ideales, un coche puede tardar 5 segundos en detenerse desde 96.6 km/h (60 mph), pero una rueda bloqueada podría dejar de girar en menos de un segundo.
Estos sensores evalúan si una rueda está a punto de bloquearse cuando el conductor frena. La información se envía a la unidad de control electrónico del ABS, que determina qué rueda podría patinar y bloquearse. Cuando una rueda comienza a bloquearse, el sensor se comunica con una válvula hidráulica abierta para reducir ligeramente la presión de frenado, evitando que la rueda se detenga por completo y previniendo el patinazo del coche. La desconexión correspondiente a la rueda que se bloquea se separa temporalmente del cilindro maestro de frenos, y la rueda es controlada por la válvula (que aumenta el bloqueo de la rueda) y la bomba (que lo reduce), permitiendo finalmente maniobrar el coche con eficacia. Como resultado, el neumático frena al mismo ritmo que el coche, manteniendo los frenos muy cerca del punto en el que el neumático comenzaría a bloquearse.
Es como si el control electrónico estuviera bombeando los frenos, tal como podría hacer un conductor para evitar o prevenir el bloqueo de las ruedas. Cuando el sistema ABS está activo, se sentirá una pulsación en el pedal del freno; esto se debe a la rápida apertura y cierre de la válvula. Algunos sistemas ABS pueden realizar ciclos de hasta 15 veces por segundo, logrando así un frenado límite y evitando la pérdida de tracción y el patinazo.
Ventajas y desventajas del ABS
El ABS es especialmente eficaz en frenadas de emergencia y ahora es casi obligatorio. No solo reduce la distancia de frenado (el frenado asistido es mucho más eficiente que la detención con ruedas completamente bloqueadas), sino que también permite al conductor mantener el control del vehículo durante el frenado, lo que puede ayudar a evitar problemas graves.
Relacionado con esto, el ABS ayuda a prolongar la vida útil de los neumáticos. Los neumáticos que patinan regularmente en la carretera se desgastan mucho más rápido que los que no lo hacen, por lo que el sistema de frenos antibloqueo ayuda en gran medida a que los neumáticos duren el mayor tiempo posible.
El ABS también permite una conducción segura en condiciones climáticas adversas, como nieve o lluvia intensa. Aunque siempre se debe reducir la velocidad con mal tiempo, el ABS reduce el riesgo de que los neumáticos pierdan adherencia en la carretera y se bloqueen, permitiendo maniobrar el vehículo con eficacia, haciendo así la conducción más segura cuando las condiciones climáticas no son óptimas.
Sin embargo, el ABS aumenta la distancia de frenado en carreteras resbaladizas o nevadas, y en caminos sin pavimentar. Por lo tanto, aunque es excelente para la maniobrabilidad en mal tiempo, es importante tener siempre en cuenta el aumento de la distancia de frenado.
Qué puede fallar: Problemas comunes con los sistemas de frenos antibloqueo
Dado que los frenos antibloqueo son tan importantes, es esencial entender qué puede salir mal con ellos. Afortunadamente, el salpicadero cuenta con una luz de advertencia del ABS que se enciende cada vez que hay un problema con el sistema.
Dado que el sistema es electrónico, los problemas de cableado pueden causar fallos. En particular, si el cable eléctrico de uno de los sensores ABS se corta en cualquiera de las ruedas, no se recibirán las mediciones correctas y el sistema no funcionará correctamente. Los sensores son la parte más crucial del sistema y, con el tiempo, pueden oxidarse debido a la exposición prolongada y repetida a la humedad.