Por qué los Mini Eléctricos como el Honda N-One e Deberían Llegar a Francia

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Honda ha presentado su primer kei car eléctrico, el Honda N-One e, que se comercializará a aproximadamente 17.000 euros en Japón. Este modelo retro se inspira en el icónico N360 de los años 1960. Con su tamaño reducido, su diseño redondeado y su interior sorprendentemente espacioso, Honda pretende destronar al Nissan Sakura, actual rey del mercado de mini eléctricos en Japón.

Una toma de conciencia inspirada por el Fiat Topolino

Generalmente, un kei car destinado al mercado japonés no habría captado mi atención. Sin embargo, el N-One e me recordó mi experiencia al volante del Fiat Topolino en el sur de Francia este verano. Esta agradable experiencia me hizo darme cuenta de lo perfecto que sería este tipo de vehículo para mis desplazamientos diarios, que rara vez superan un radio de 10 kilómetros alrededor de mi casa.

Topolino vs N-One e: una comparación instructiva

El Honda no está exactamente en la misma categoría que el Topolino. El N-One e es un coche de verdad, con un interior completo, asiento trasero y maletero. Su autonomía es de 295 km, y su velocidad máxima, aunque no se ha comunicado, seguramente es superior a los 45 km/h del Fiat. El Topolino, aún más pequeño, se conforma con una pantalla digital y un soporte para teléfono. Solo ofrece dos plazas, un almacenamiento mínimo y 75 km de autonomía, pero su precio es de solo 10.000 euros.

La utilidad diaria de un mini vehículo eléctrico

Aunque disfruto conduciendo un gran SUV, no necesito un vehículo así para hacer la compra a 5 km, ir al gimnasio de al lado o llevar a mi hija al centro comercial a 10 km. Excepto para el aeropuerto, que frecuento una o dos veces al mes, un Topolino me bastaría de sobra. Para mayor comodidad, probablemente optaría por un N-One e, que incluso podría llevarme al aeropuerto ida y vuelta dos veces sin recargar.

La solución ideal: una combinación inteligente

Como muchas familias han comprendido, la clave es tener dos coches. Mi esposa, que trabaja fuera y tiene desplazamientos diferentes, conservaría el SUV. Yo me conformaría perfectamente con un mini eléctrico. Para los viajes por carretera, el SUV volvería a entrar en acción. Para ir a cenar al restaurante del barrio, ofrecería mi pequeño coche de circo, una oferta que seguramente rechazaría. Peor para ella.

Un llamamiento a los fabricantes y a las autoridades

No digo que haya que reemplazar todos nuestros SUV por mini eléctricos. Pero me gustaría ver a las autoridades francesas autorizar la importación de estos pequeños vehículos eficientes, y que los grandes fabricantes se arriesguen a comercializarlos aquí aunque sea de forma experimental. Puedo garantizarles que venderían al menos uno a un excéntrico en Indianápolis. Ya saben de quién se trata.

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