Desde hace varios meses, esta fotografía de dos personas lavando su Mazda MX-5 Miata circula intensamente en la comunidad de entusiastas. La escena parece anodina a primera vista: un simple lavado de un coche descapotable en plena calle. Pero el contexto histórico, visible en segundo plano, transforma esta imagen en un poderoso símbolo de resiliencia.
Un contexto histórico conmovedor
Tomada el 24 de septiembre de 2001, apenas dos semanas después de los atentados del 11 de septiembre, esta instantánea muestra en realidad los vestigios de la torre sur del World Trade Center al fondo. Las dos personas no están limpiando simplemente el polvo urbano acumulado en su roadster, sino los residuos de los atentados que destruyeron edificios y costaron la vida a cerca de 3000 personas.
La autenticidad confirmada por la fotógrafa
Jane Tyska, fotoperiodista aún en activo para el Bay Area News Group, confirmó inmediatamente la autenticidad de la imagen frente a las especulaciones que la tachaban de falsa. Irónicamente, la fotógrafa posee ella misma una Miata NA roja clásica, lo que demuestra su afinidad con el tema.
El testimonio exclusivo del fotógrafo Erik Pendzich
Un segundo fotógrafo, Erik Pendzich, capturó la misma escena desde un ángulo casi idéntico. Residente de Nueva York y testigo directo de los eventos del 11 de septiembre, en ese momento documentaba la lenta reconstrucción de la ciudad. Recuerda una atmósfera extraña y desolada en las normalmente abarrotadas calles del Distrito Financiero, aún cubiertas de polvo y escombros.
Recuperar una normalidad
“Era la primera vez en dos semanas que veía a gente haciendo algo ‘normal'”, confiesa. El contraste entre la banalidad de su gesto y el horror del entorno era sobrecogedor y merecía ser inmortalizado.
La localización exacta y su ironía
La escena tuvo lugar en la intersección de las calles Washington y Carlisle. Una ironía del destino para una escena de lavado de coche (“wash” y “car”). El aparcamiento donde estaba estacionada la Miata el día de los ataques ha sido desde entonces demolido, reemplazado por el memorial, aunque algunos edificios del barrio siguen siendo reconocibles.
Una historia entre tantas
El vehículo, como muchos otros en ese garaje, estaba cubierto de escombros grises tras el colapso de las torres. Pendzich recuerda con tristeza que muchos vehículos nunca fueron reclamados por sus dueños.