Jonathan Wheatley siempre estuvo destinado a convertirse en un genio de la Fórmula 1. Nombrado director del equipo Sauber en 2024 antes de tomar las riendas del equipo Audi F1 en 2026, su trayectoria es la de una emocionante evolución a lo largo de 35 años. Desde mecánico en Benetton junto a Michael Schumacher hasta arquitecto del imperio de Red Bull Racing, Wheatley ha ascendido metódicamente en la escala.
Unos comienzos prometedores
Nacido en una familia apasionada por el automovilismo, Wheatley se ha criado inmerso en este mundo desde su más tierna infancia. Su padre pilota coches de carreras y Jonathan creció frecuentando los circuitos. A los 12 años, ya limpiaba los talleres de DK Engineering, una empresa de restauración de Ferrari. Su aprendizaje técnico comenzó temprano, alimentado por una curiosidad natural por el funcionamiento de las mecánicas.
El punto de inflexión en Benetton
Su carrera en la F1 comienza gracias a un encuentro fortuito con Kenny Handkammer, entonces empleado en Benetton. Durante su entrevista de trabajo con Nigel Stepney, Wheatley llega a toda velocidad y da un volantazo en el aparcamiento antes de aparcar perfectamente. Este incidente le vale el puesto casi de inmediato. Se convierte en mecánico del monoplaza de Roberto Moreno para el Gran Premio de Francia de 1991.
El ascenso hacia la dirección
En Red Bull, Wheatley participa en el establecimiento de récords mundiales de repostaje y desarrolla su filosofía de gestión: “La forma en que un equipo realiza sus paradas en boxes refleja su estado mental general”. Su capacidad para manejar la presión y su visión positiva lo convierten en un líder natural. Después de dos décadas en Red Bull, se une a Sauber y luego a Audi para enfrentar un nuevo desafío.
El desafío de Audi
Junto a Mattia Binotto, Wheatley comparte una visión ambiciosa: ganar carreras y campeonatos antes de que finalice la década. Consciente de los desafíos que se avecinan frente a los gigantes históricos de la F1, apuesta por la construcción de un equipo unido y de alto rendimiento. Para este apasionado de los coches, trabajar para Audi representa la oportunidad definitiva, ya que creció admirando los Audi en rally.
Una filosofía positiva
A diferencia de muchos directores de equipo visiblemente estresados, Wheatley se define como “un director de equipo feliz”. Transforma la presión en energía positiva y cultiva un entorno donde cada uno puede desarrollarse. Este enfoque humano, combinado con su excepcional experiencia técnica, lo convierte en una figura única en el paddock de la Fórmula 1.