El Mustang GT3 se afila para 2026
La temporada 2026 marcará el regreso del Ford Mustang GT3 a la competición de alto nivel. En lugar de un rediseño completo, el equipo de ingeniería ha optado por una estrategia de evolución focalizada, perfeccionando aspectos críticos para ganar centésimas en los circuitos. Este enfoque meticuloso busca dotar al Mustang de las herramientas necesarias para enfrentarse a rivales de la talla de la nueva Corvette GTD en campeonatos como el IMSA WeatherTech SportsCar Championship y el FIA WEC.
Mejoras técnicas en tres frentes clave
El desarrollo del Mustang GT3 para 2026 se centra en tres pilares fundamentales. En primer lugar, la aerodinámica recibe ajustes precisos para optimizar el equilibrio entre carga aerodinámica y resistencia, buscando una mayor eficiencia en curvas rápidas y estabilidad en los frenazos.
En segundo término, se revisa la cinemática de la suspensión. Este trabajo permite un mejor control de la geometría de las ruedas durante el recorrido de la suspensión, mejorando el contacto del neumático con el asfalto y, por ende, el agarre y la consistencia a lo largo de una tanda de vueltas.
El tercer pilar son los sistemas de frenado. Se esperan mejoras en la refrigeración y la modulación, aspectos vitales para la durabilidad y la respuesta en condiciones de carrera extremas, donde la frenada tardía puede decidir un adelantamiento.
Sinergia con el superdeportivo Mustang GTD
Este programa de competición no vive aislado. Las lecciones aprendidas en el desarrollo del Mustang GT3 para 2026 tienen un camino directo de ida y vuelta con la versión de carretera extrema, la Mustang GTD. Esta simbiosis es crucial: la tecnología probada en pura competición valida y refina soluciones que luego pueden implementarse en el coche de calle, elevando su potencial dinámico al máximo nivel. Esta transferencia tecnológica es el arma secreta que Ford esgrime para crear una máquina de carretera con auténtico ADN de competición.