La industria automotriz recibe una noticia impactante: Dodge ha decidido cancelar el desarrollo de su tan esperado Charger Daytona SRT Banshee, según informes recientes. Este modelo, que prometía ser el estandarte de la electrificación en el segmento muscle car, habría representado la respuesta definitiva de la marca a los puristas de los motores de combustión.
El Charger Banshee EV estaba diseñado para ser la joya de la corona de la nueva generación electrificada de Dodge, con una arquitectura de 800 voltios que permitiría cargas ultrarrápidas y un desempeño que rivalizaría con los mejores deportivos eléctricos. Su cancelación marca un punto de inflexión en la estrategia de Stellantis, que parece estar reevaluando su transición hacia la movilidad eléctrica.
Analistas sugieren que esta decisión podría responder a varios factores: los altos costos de desarrollo, desafíos técnicos en la plataforma eléctrica, o quizás una reconsideración del mercado objetivo. El muscle car eléctrico enfrentaba el desafío de satisfacer tanto a los tradicionalistas como a los early adopters tecnológicos.
Este movimiento deja un vacío significativo en la gama Charger EV, donde el Banshee estaba destinado a ocupar la cúspide del rendimiento. La noticia llega en un momento crucial para la industria, donde varios fabricantes están reconsiderando sus inversiones en vehículos eléctricos ante la desaceleración en la demanda.
Mientras Dodge se replantea su estrategia, los entusiastas se quedan con la incógnita sobre el futuro del muscle car electrificado y si la marca encontrará alternativas para mantener su legado de alto rendimiento en la era de la movilidad sostenible.