El escándalo Dieselgate resurge en Reino Unido

Una década después de las primeras revelaciones, el caso Dieselgate continúa generando consecuencias legales para la industria automotriz. Recientemente se ha iniciado un procedimiento judicial masivo en el Reino Unido que involucra a cinco fabricantes de automóviles acusados de instalar dispositivos de desactivación en sus vehículos diésel.
Demanda colectiva contra grandes fabricantes
Las empresas Renault, Stellantis (propietaria de marcas como Peugeot, Citroën y Fiat), Mercedes-Benz, Nissan y Ford enfrentan ahora acciones legales coordinadas. Los demandantes alegan que estos fabricantes equiparon sus vehículos con software capaz de alterar los resultados de las pruebas de emisiones, engañando tanto a las autoridades como a los consumidores.
Esta nueva batalla legal representa uno de los casos más significativos relacionados con el escándalo de emisiones en territorio británico. Se estima que millones de vehículos circulando en el Reino Unido podrían estar afectados por estas prácticas, lo que ha motivado la presentación de demandas colectivas que buscan compensaciones para los propietarios perjudicados.
Patrón de conducta repetido
Los documentos judiciales señalan que los fabricantes habrían utilizado estrategias similares a las descubiertas originalmente en el caso Volkswagen en 2015. Los sistemas detectados permitirían a los vehículos reconocer cuándo estaban siendo sometidos a pruebas de laboratorio, activando entonces controles de emisiones completos que no se replicaban en condiciones normales de conducción.
Expertos legales destacan que esta acción judicial podría establecer precedentes importantes respecto a la responsabilidad corporativa en materia de protección al consumidor y regulaciones ambientales. El resultado de estos procesos podría influir en futuras legislaciones sobre estándares de emisiones y prácticas comerciales en el sector automotriz.