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El termostato del coche desempeña un papel crucial en la prevención del sobrecalentamiento del motor. A menos que el motor se sobrecaliente o no alcance su temperatura de funcionamiento normal después de varios kilómetros de conducción,
es probable que el termostato, que controla el flujo del refrigerante, esté funcionando correctamente. Los termostatos suelen durar muchos años, a veces incluso tanto como la vida útil del vehículo. Entonces, ¿por qué podría necesitar ser reemplazado? ¿Deberías cambiar el termostato de tu coche como parte del mantenimiento rutinario? Vamos a explorarlo en detalle.
Función del termostato
El termostato del coche es, en realidad, una pieza esencial bastante simple. Es una válvula situada en el sistema de refrigeración del vehículo que regula la cantidad de refrigerante que recircula dentro del motor y la cantidad que se enfría pasando por el radiador antes de volver a circular. Esto mantiene el refrigerante en el motor dentro de un rango de temperatura específico, independientemente de la temperatura exterior. La válvula se abre y cierra mediante un resorte, un pistón u otro dispositivo activado por calor.
Cuándo reemplazar el termostato
Debido a su diseño muy sencillo, el termostato normalmente no falla por desgaste con el tiempo. De hecho, si parece estar funcionando bien, probablemente no necesites uno nuevo. Sin embargo, si realizas otro trabajo de mantenimiento en el sistema de refrigeración, como cambiar las mangueras del refrigerante o el radiador en un vehículo que tiene varios años, puede ser una buena idea reemplazar también el termostato para mayor tranquilidad, especialmente si se quita la manguera superior, ya que muchos termostatos se encuentran allí. Si necesitas reemplazar una junta o manguera en el radiador o el sistema de refrigeración, pregunta a tu mecánico si también deberías cambiar el termostato.
Aparte de este tipo de mantenimiento preventivo, el termostato solo debe reemplazarse cuando deje de abrirse y cerrarse correctamente. Si se atasca cerrado, el refrigerante queda atrapado en el motor y provoca sobrecalentamiento. Si se atasca abierto, el refrigerante circula constantemente a través del motor y el radiador, impidiendo que el motor alcance su temperatura de funcionamiento (y eficiencia) y reduciendo la salida de calor del aire acondicionado.
Las señales de que un termostato no funciona correctamente incluyen un motor que se sobrecalienta o funciona a una temperatura más alta de lo normal, y una falta de aire caliente del calentador de la cabina. Un termostato defectuoso también puede encender la luz de verificación del motor. Dado que estos síntomas pueden ser causados por otros problemas, es necesario que un profesional revise todo el sistema de refrigeración, desde los componentes principales hasta las juntas más pequeñas, antes de decidir reemplazar el termostato.
Si tu vehículo ya se ha sobrecalentado, probablemente necesitarás conseguir un termostato nuevo. El sobrecalentamiento puede causar daños graves no solo a la válvula, sino también a la carcasa del termostato y a las mangueras o juntas que forman parte del sistema de refrigeración del coche. El calor excesivo puede hacer que mangueras, juntas e incluso la carcasa metálica del termostato se deformen y pierdan su forma original. Cuando esto sucede, estas piezas cruciales ya no pueden cumplir su función.
No ignores un termostato defectuoso
No obtener suficiente calor en el interior del coche es principalmente un problema de comodidad, pero el sobrecalentamiento puede causar daños graves al motor y no debe ignorarse. La mayoría de los vehículos tienen un indicador de temperatura que muestra constantemente la temperatura del sistema de refrigeración, desde “C” (frío) hasta “H” (caliente), o de azul a rojo. En los coches modernos, cuando el motor alcanza su temperatura óptima, la aguja o el gráfico de barras se detiene en el punto medio, o ligeramente hacia el lado frío. Estos vehículos con tales indicadores también pueden encender una luz de advertencia cuando el motor funciona más caliente de lo normal.
Un número creciente de vehículos omite el indicador de temperatura y solo cuenta con una luz de advertencia de alta temperatura, sola o junto con otro indicador (normalmente un icono azul de un termómetro en agua). Este indicador se enciende al arrancar un motor frío y permanece encendido hasta que alcanza la temperatura de funcionamiento adecuada. Si esta luz permanece encendida, es probable que el termostato esté atascado abierto.
Mientras que un indicador de temperatura puede dar una advertencia temprana al conductor de que algo anda mal, una luz de advertencia podría no encenderse hasta que el motor esté tan caliente que deba apagarse inmediatamente para evitar daños. Si tu vehículo se ha sobrecalentado o tienes otras razones para sospechar un fallo del termostato, haz que un profesional revise todo el sistema de refrigeración, incluyendo el radiador, la carcasa del termostato y todas las juntas y mangueras.