El mito del ahorro en la recarga del coche eléctrico
La afirmación de que cargar un vehículo eléctrico cuesta tres veces menos que llenar un depósito de gasolina o diésel es común, pero la realidad es más matizada. El coste final depende de variables clave que todo propietario debe conocer para calcular su presupuesto real.
Factores que determinan el coste de la recarga
El precio por kilovatio hora (kWh) no es uniforme. La recarga en casa, especialmente con una tarifa nocturna con discriminación horaria, suele ser la opción más económica. Por el contrario, el uso frecuente de cargadores públicos rápidos, aunque conveniente, puede multiplicar el coste por kWh. El consumo específico del vehículo, expresado en kWh/100 km, es el otro pilar del cálculo.
Una comparación realista con combustión
Para un conductor medio que recorra 15.000 km al año, cargando principalmente en casa, el ahorro es significativo y puede aproximarse a esa ratio de 1 a 3. Sin embargo, un usuario que dependa de la red pública de carga rápida verá reducido este beneficio. La fluctuación en los precios de la electricidad y los combustibles añade otra capa de variabilidad a la ecuación.
Perspectivas de futuro y eficiencia
La evolución tecnológica apunta a baterías con mayor densidad energética y vehículos más eficientes, lo que reducirá el consumo por kilómetro. Paralelamente, la expansión de energías renovables podría estabilizar los costes de la electricidad. La conclusión es clara: el potencial de ahorro es alto, pero exige una estrategia de recarga inteligente.