
Al comprar un coche nuevo, hay muchas cosas a considerar. ¿Cómo es su manejo? ¿Y la potencia y aceleración? ¿La comodidad al conducir? Una de las preguntas más comunes es cuánto costará mantenerlo. Esta es una pregunta muy importante. En los últimos años, ha habido coches que, a pesar de tener un diseño excelente, atractivo y comodidad, siempre han recibido bajas calificaciones simplemente porque cuesta demasiado usarlos.
En la mayoría de los casos, esto se debe a que son “devoradores de gasolina”, es decir, tienen un consumo de combustible extremadamente pobre. Dado que los precios de la gasolina y el diésel son altos e impredecibles, la eficiencia energética del coche se ha convertido en un indicador clave para elegir el coche adecuado para uno. Es por eso que existe el MPG y por qué se menciona en casi todas las reseñas de vehículos. Pero, ¿qué significa este valor, se puede calcular en vehículos existentes y hasta qué punto es útil al comprar un coche nuevo?
¿Qué es el MPG?
MPG significa Millas por Galón y es una unidad estándar para medir el consumo de combustible en vehículos terrestres. Esta cifra indica cuántas millas puede recorrer un coche con un galón de combustible. Por ejemplo, si el consumo de combustible de tu coche es de 50 mpg y tienes un galón (o 4.55 litros) de combustible en el tanque, podrás recorrer 50 millas antes de que el coche se quede sin combustible.
Por ley, todos los coches deben obtener un valor de MPG homologado del fabricante y proporcionarlo a los clientes. Esto sirve como guía para que los consumidores puedan comparar la eficiencia energética entre diferentes modelos y vehículos. La UE establece los estándares para los vehículos en el Reino Unido, y las pruebas son realizadas en el Reino Unido por la autoridad de certificación de vehículos. Todo esto está estandarizado, lo que permite una comparación precisa entre coches. Si estás comprando un coche nuevo y buscas uno más eficiente, siempre es una buena idea preguntar cuál es el MPG de tu coche actual y si el nuevo tiene un MPG mejor que ese.
¿Cómo se calcula el MPG?
El MPG homologado se calcula a partir de pruebas realizadas en un banco de rodillos en condiciones de laboratorio. Se prueba un solo modelo de cada línea de productos. El coche se prueba en dos ciclos: ciclo urbano y ciclo extraurbano. La prueba del ciclo urbano comienza con el motor frío y simula la conducción en ciudad sin superar las 30 millas por hora. Esta prueba dura dos minutos y medio e incluye una serie de paradas y arranques para replicar el tipo de conducción requerido en la ciudad. La prueba extraurbana está diseñada para ver cómo se comporta el coche fuera de la ciudad y se realiza en una distancia de 4.3 millas a una velocidad máxima de 70 millas por hora. La temperatura se estandariza entre 20 y 30 grados, y solo el conductor viaja en el coche. El MPG que publica el fabricante es el promedio de las cifras de MPG de estas dos pruebas.
¿En qué se diferencia esto en la realidad?
Dado que el MPG se realiza en condiciones de laboratorio hipotéticas, siempre habrá una discrepancia entre el consumo de combustible homologado del coche (calculado bajo las condiciones de prueba homologadas por las regulaciones de la UE) y el consumo de combustible que realmente obtienes al conducirlo.
Las cifras de MPG pueden usarse con fines comparativos, pero no son muy útiles si intentas obtener una imagen precisa del costo real de tu coche, porque el consumo de combustible promedio en el mundo real difiere del valor del fabricante.
La cantidad de gasolina necesaria para recorrer 100 millas siempre será diferente en la carretera porque las pruebas eliminan variables como colinas, superficies irregulares, diferentes estilos de conducción, peso de los pasajeros, carga, resistencia al aire y modificaciones en el coche.
Por ejemplo, si equipas llantas más grandes, el coche se vuelve más pesado, aumenta la resistencia al aire y tiene una mayor resistencia a la rodadura que las llantas estándar, lo que empeora el consumo de combustible.
Cómo calcular tasas precisas de consumo de combustible
Aunque las pruebas no son completamente confiables, es posible calcular tu propio costo de combustible. Esto es relativamente simple y puede ayudarte a aprender formas de reducir el consumo de combustible y ahorrar.
La forma más fácil es llenar el tanque de combustible de tu coche y registrar el kilometraje actual. Decide si quieres centrarte en el consumo en ciudad, en carretera o combinado, y conduce como lo haces normalmente bajo las condiciones deseadas. Cuando estés listo para calcular el MPG de tu coche, vuelve a llenar el tanque y registra la cantidad de litros de combustible que tomó llenarlo y la distancia que has recorrido desde que lo llenaste por primera vez.
Como llenamos nuestros tanques en litros, necesitamos convertir esta cifra a galones. Por lo tanto, toma la distancia recorrida y divídela por la cantidad de litros utilizados, luego multiplica por 4.546 para convertir a MPG. Esto te dará el MPG real de tu coche.
Si quieres compararlo con las estadísticas homologadas, es importante intentar adherirse a sus condiciones de prueba (incluyendo las velocidades utilizadas y el tipo de carretera en la que realizas la prueba). Si tienes una computadora de a bordo integrada o instalada posteriormente, todo esto se facilita. Muchas de estas computadoras muestran automáticamente el MPG al final de un viaje.
Consejos para mejorar tu economía de combustible
Aquí tienes 10 consejos para reducir tu costo de combustible, desde cómo conduces hasta lo que llevas en tu coche:
- Aligera tu coche: Deshazte de objetos innecesarios en el maletero o en los asientos traseros de tu coche. Por cada 45 kg de peso adicional en el vehículo, la economía de combustible disminuye aproximadamente entre un 1% y un 2%.
- Mantén la presión correcta de los neumáticos: Los neumáticos con presión incorrecta pueden empeorar la economía de combustible hasta en un 5% en algunos casos, debido a la falta de tracción en la carretera y al aumento de la resistencia. Mantenerlos en la presión recomendada puede ahorrarte dinero.
- Respeta los límites de velocidad: No solo es una cuestión de seguridad, sino que respetar los límites de velocidad también ayuda a mantener la economía de combustible. Conducir a alta velocidad a menudo empeora el consumo porque el motor tiene que trabajar más para generar la potencia necesaria para alcanzar velocidades más altas.
- Evita el ralentí: Cuando tu coche está en marcha pero no se mueve, la economía de combustible es cero, pero el combustible sigue consumiéndose para mantener el motor encendido. Por lo tanto, si tu coche va a estar detenido durante aproximadamente un minuto o más, apaga el motor. Sin embargo, hazlo solo si puedes hacerlo de manera segura.
- Frenado y aceleración constantes: Al conducir, intenta mantener una presión constante y estable en el pedal del acelerador de tu coche en todo momento. Pisar el acelerador con fuerza siempre empeorará la economía de combustible y aumentará el consumo de combustible.
- Haz tu coche más aerodinámico: Quita las barras del techo, elimina objetos innecesarios o cambia neumáticos y llantas para reducir el peso de tu coche, permitiendo que se desplace por el aire de manera más eficiente y reduciendo la resistencia. Esto significa que se necesita menos combustible para llevarte a tu destino.
- Usa el control de crucero en autopistas: El control de crucero significa que tu coche viaja a una velocidad constante y no hay aceleración. La falta de aceleración reduce la cantidad de trabajo que tiene que hacer el motor, requiriendo menos combustible.
- Cierra las ventanas: Aunque puede ser difícil cuando hace mucho calor afuera, cerrar las ventanas mejora la aerodinámica de tu vehículo y, por lo tanto, la eficiencia energética. Especialmente a altas velocidades, debes mantener las ventanas cerradas para reducir la resistencia y mejorar la economía de combustible.
- Usa el aire acondicionado con moderación: Habrá momentos en los que necesites encender el aire acondicionado, pero intenta usarlo con moderación.
- Reemplaza los filtros de aire sucios: Un filtro de aire sucio ejerce más presión sobre el motor de tu coche y realmente puede afectar negativamente la economía de combustible. Asegúrate de reemplazar los filtros de aire regularmente según las recomendaciones del fabricante.

