Un hombre de Prince George, en Columbia Británica, recientemente hizo un viaje en un Jeep Barbie para ir a buscar un Slurpee. Desafortunadamente para él, este paseo inusual durante la hora pico resultó en su arresto por conducir bajo los efectos del alcohol.
Un viaje en Jeep Barbie que sale mal
El viernes pasado, un residente de Prince George – un pequeño pueblo ubicado entre Vancouver y Alaska – fue interceptado por la policía mientras conducía un coche de juguete rosa, específicamente un Power Wheels Jeep. Según Global News, el hombre, luciendo gafas de estilo Pit Viper y una camiseta que decía “Hagámoslo de la manera más estúpida posible”, había tomado el vehículo en miniatura que pertenecía a la hija de su compañero de piso para ir a una tienda de conveniencia.
Los argumentos del conductor
El conductor intentó justificar su travesura: “No fue una persecución a alta velocidad. Esperé a que fuera seguro y, cuando crucé la carretera, hice mis señales manuales”. A pesar de sus precauciones declaradas y el aparente lado humorístico de la situación, las fuerzas del orden no encontraron el asunto tan divertido.
Las consecuencias legales
Las pruebas de alcoholemia revelaron un nivel de alcohol en sangre superior al límite legal, por lo que el hombre recibió una prohibición de conducir de 90 días y una citación judicial. Resultó que su licencia de conducir ya estaba suspendida, lo que probablemente explica por qué optó por este Barbiemóvil de un solo asiento en lugar de un coche convencional.
La definición legal de un vehículo motorizado
Las autoridades canadienses consideran que cualquier vehículo que circule por la vía pública y sea propulsado por algo más que la fuerza muscular entra en la definición de un vehículo motorizado. Como tal, requiere un conductor con una licencia válida y un seguro.
El regreso a la normalidad
Afortunadamente, la hija del compañero de piso recuperó su Jeep Barbie intacto. Esta historia, por surrealista que sea, sirve como recordatorio: las fuerzas del orden pueden ser a veces sensibles al humor de una situación, pero un delito de conducción bajo los efectos del alcohol en un vehículo con ruedas, sea cual sea, sigue siendo severamente castigado.