Los sistemas de asistencia a la conducción (ADAS) suelen ser una fuente de frustración para los conductores. Asistente de mantenimiento de carril, frenado automático de emergencia, control de crucero adaptativo… Aunque estas tecnologías están diseñadas para la seguridad, tienden a activarse inapropiadamente cuando no se necesitan ni se desean. Nada es más irritante que tener que luchar contra una asistencia electrónica que intenta salvarte en contra de tu voluntad.
La pesadilla de los ADAS molestos
Imagina esto: estás conduciendo por una carretera rural de dos carriles. Una furgoneta de reparto bloquea tu carril. El carril contrario está despejado, así que inicias un adelantamiento con calma. De repente: ¡bip, bip, bip! Se activa la advertencia de salida de carril y el sistema de mantenimiento de carril intenta devolverte hacia la derecha, hacia la furgoneta. Tú contrarrestas el movimiento, completas el adelantamiento y sigues adelante. O peor aún, pierdes cinco minutos valiosos buscando en los menús cómo desactivar esta “asistencia”.
La revolución de BMW: ADAS que comprenden tu intención
Pero BMW está cambiando las reglas del juego con una nueva arquitectura de “supercerebro”. ¿Su característica principal? La capacidad de no hacer nada. No, no se trata simplemente de poder desactivar el sistema —esa opción ya existe. Tampoco es solo una mejora en la detección de objetos para reducir falsos positivos, aunque ciertamente incluye eso también.
Sensores oculares que predicen tus maniobras
La verdadera innovación radica en su capacidad para leer tu mente, o al menos tus ojos. Este sistema ahora puede reconocer las señales de tu intención como conductor. Cuando te acercas a un obstáculo y desvías la mirada para comprobar el tráfico en el carril contrario, los sensores oculares de BMW —los mismos que ya monitorizan los signos de atención y somnolencia— detectan tu mirada.
Cuando esa mirada se combina con el movimiento correspondiente del volante, el sistema comprende que estás actuando deliberadamente. A menos que detecte una amenaza de seguridad inminente en tu nueva trayectoria, no emitirá advertencias ni intervendrá para corregir tu dirección.
Resultado: finalmente, una conducción armoniosa
¿El resultado? Obediencia silenciosa. Un sueño para todo conductor que haya sufrido intervenciones injustificadas. Esta nueva lógica también suaviza las transiciones entre los modos de conducción manual y sin manos, eliminando virtualmente la necesidad de activarlos o desactivarlos; el coche simplemente cede el control en respuesta a las acciones del conductor.
Este avance es solo el comienzo de lo que permite la nueva arquitectura eléctrica de BMW. En el futuro, espera una integración aún más inteligente de sus sistemas.