Nueva tasa ecológica para vehículos eléctricos en Bélgica
El gobierno belga ha anunciado la implantación de una nueva contribución ambiental obligatoria para los vehículos eléctricos. Esta medida, que entrará en vigor en 2026, supondrá un coste adicional para los compradores de coches eléctricos nuevos, integrado directamente en el precio de compra. El objetivo es claro: crear un sistema de financiación sostenible para gestionar el futuro de las baterías.
Financiando el ciclo de vida completo de la batería
La tasa recaudada se destinará específicamente a cubrir los costes asociados con la gestión del fin de vida útil de las baterías de ion-litio. Esto incluye todas las fases críticas posteriores a su uso en el vehículo: la recogida segura y organizada de las baterías agotadas, su transporte a centros especializados, y los complejos procesos de tratamiento y reciclaje de materiales valiosos como el litio, el cobalto y el níquel.
La normativa se enmarca en el principio de “quien contamina, paga”, extendiendo la responsabilidad del productor. Al internalizar este coste desde la venta, se garantiza que los fondos para el reciclaje estén disponibles cuando las primeras oleadas masivas de baterías de vehículos eléctricos lleguen al final de su vida útil.
Un paso hacia la movilidad realmente sostenible
Esta iniciativa belga refleja una tendencia europea hacia la economía circular en el sector del automóvil eléctrico. La medida busca evitar que las baterías se conviertan en un problema ambiental futuro y fomentar la recuperación de materias primas críticas, reduciendo la dependencia de importaciones y la necesidad de nueva minería.
Para los consumidores, aunque supone un incremento inicial en la inversión, transparenta el coste real de la sostenibilidad. Se espera que este modelo incentive a los fabricantes a diseñar baterías más fácilmente reciclables y consolide un mercado secundario robusto para los materiales recuperados, cerrando el ciclo de manera eficiente.