Un apagón masivo detiene la movilidad autónoma
Un gran incendio provocó un corte de electricidad generalizado en San Francisco el sábado 20 de diciembre de 2025, sumiendo a una parte de la ciudad en la oscuridad. El incidente tuvo una consecuencia inmediata y visible: la flota de taxis autónomos de Waymo quedó completamente paralizada. Este evento sirve como una poderosa advertencia sobre la dependencia de los sistemas de movilidad avanzada de infraestructuras tradicionales vulnerables.
La vulnerabilidad de la tecnología ante fallos clásicos
Los vehículos autónomos de Waymo, que dependen de una compleja red de sensores, mapas de alta definición y comunicación en tiempo real con centros de datos, se vieron incapacitados por la falta de energía. El apagón afectó tanto a la infraestructura de comunicaciones necesaria para su operación como, potencialmente, a los sistemas de carga de parte de la flota eléctrica. El escenario dejó en evidencia cómo un fallo en un sistema básico, como la red eléctrica, puede anular tecnologías consideradas el futuro del transporte.
Lecciones para un futuro automatizado
Este episodio plantea preguntas críticas para las ciudades que integran estos servicios. La necesidad de sistemas de respaldo resilientes, como generadores de emergencia para centros de operaciones clave o protocolos de “modo seguro” para que los vehículos puedan detenerse de manera autónoma y segura sin conexión, se vuelve primordial. La interrupción no solo afecta a los pasajeros, sino que también puede obstaculizar la respuesta en emergencias al convertirse en obstáculos en la vía pública.
El apagón de San Francisco subraya que la transición hacia la movilidad autónoma debe ir acompañada de una modernización y fortificación paralela de las infraestructuras urbanas esenciales. La fiabilidad del futuro del transporte depende no solo del software y los sensores, sino también de la electricidad que los alimenta.