Cambiar de móvil: una tarea con un toque de nostalgia
Cambiar de teléfono suele ser una tarea pesada, principalmente porque hay que transferir toda tu vida de un dispositivo a otro. Aunque las copias de seguridad en la nube facilitan mucho las cosas hoy en día, aún hay que pasar por esa molesta fase de transición. Hace poco me hice con el nuevo iPhone y, aunque la transferencia salió bien, no estaba preparado para decir adiós a la lista de todos los coches a los que me he conectado vía Bluetooth durante los últimos cuatro años.
Al igual que los asesinos en serie conservan trofeos macabros de sus víctimas, los periodistas de motor tenemos un cariño especial por los pequeños recuerdos de los coches que hemos conducido. No soy el único, ¿verdad?
He oído que algunos guardan con cariño las etiquetas de eficiencia energética de los coches de prueba, otros le hacen una foto a cada modelo en el mismo sitio, con el mismo fondo. Otros coleccionaban las memorias USB de los kits de prensa cuando estaban de moda, e incluso he conocido a gente que guardaba los botiquines originales del maletero. La mayoría de esas personas ya no trabajan en el sector, pero era una práctica común en su día.
Mi recuerdo personal: la lista Bluetooth
Yo soy mucho más básico. Me encanta repasar mi lista de dispositivos Bluetooth, al igual que en mi aplicación de Chick-fil-A, donde siempre tengo que especificar qué coche (y de qué color) conduzco para que me localicen en el drive-thru. Empecé a usar mi iPhone anterior en noviembre de 2021, así que, tras casi cuatro años, había acumulado unos 60 coches en el dispositivo antiguo. Esta cifra no refleja todos los coches que he conducido desde entonces, ya que probablemente no me conecto a la mitad de los modelos que pruebo cada año –especialmente los que conduzco cerca de casa–, así que calculo que el número total se acerca más a 150.
Coches y recuerdos
En cualquier caso, en esa lista hay auténticos buques insignia que evocan maravillosos recuerdos. Como ese Polestar 2, que fue mi primera experiencia conduciendo en solitario un vehículo eléctrico en el extranjero. Lo recogí en el aeropuerto de Bruselas y tuve que llegar al circuito de Spa-Francorchamps para una carrera del WEC. Me preocupaba conducir un VE en un lugar donde no conocía las infraestructuras y cuyo idioma no dominaba. Todo salió a la perfección y ¡resultó ser una experiencia fantástica!
Aunque hay una docena de Honda en la lista, la que destaca es la Odyssey, que llevó a mi familia y a mí hasta la península superior de Míchigan para un fin de semana de aniversario. Simplemente, grandes recuerdos de ese momento con mis seres queridos, especialmente ahora que los niños crecen y planean sus propios fines de semana.
Los modelos excepcionales
También hay dos Ferrari especiales en esta lista, una 296 GTB y la potente Purosangue. La 296 GTB roja nos sirvió muy bien a mi mujer y a mí en un viaje por el norte de California, que incluía un trayecto por la costa a través de la preciosa zona de Monterey y Big Sur. Del mismo modo, una Purosangue azul ofreció las ruedas más cool para un viaje de varios días por el norte de Italia con mi padre. Simplemente, dos hombres recorriendo las montañas alrededor del lago de Como en un Ferrari valorado en 550.000 dólares, que aún no se comercializaba en ese momento, cargado de maletas y otros trastos.
Un álbum de recuerdos digital
Desde Hyundai hasta Toyota, pasando por Rolls-Royce, Mercedes, BMW y todo lo demás, esta lista es un bonito recordatorio de las cosas formidables que mi trabajo me da la oportunidad de hacer. Y aunque no todo es de color de rosa en esta industria siempre volátil, son los coches y los recuerdos que creo con ellos lo que atesoraré para siempre. Supongo que es hora de empezar una nueva lista en el nuevo iPhone.
Email del autor: jerry@thedrive.com