No hay calor en la cabina – Causas comunes y soluciones

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Conducir durante la temporada de invierno puede ser muy desagradable, especialmente si no tienes la calefacción funcionando en tu coche.

Sí, puedes usar ropa abrigada, pero no es buena idea salir como un ladrón de escaparates, y tampoco es muy cómodo.

Simplemente no hay nada como una buena calefacción para mantenerte caliente y acogedor en tu coche.

Los problemas con el sistema de calefacción son bastante comunes. En este artículo, discutimos las razones más habituales por las que no tienes calor en el habitáculo.

Razones por las que no hay calor en el habitáculo de tu coche
El sistema de calefacción de tu coche es bastante complejo y muchas piezas podrían haber fallado, resultando en una falta de calor del sistema. Sin embargo, en los coches más nuevos, el sistema es avanzado y tiene una unidad de control que gestiona todas las compuertas y motores. Por esta razón, a menudo puedes usar un escáner OBD2 para localizar fácilmente las piezas defectuosas.

Aquí tienes algunas de las razones por las que el habitáculo de tu coche no tiene calor.

1. No hay suficiente refrigerante en el coche

El problema más común cuando no tienes calor en el habitáculo es en realidad un nivel bajo de refrigerante. Abre el capó y comprueba el nivel de refrigerante (cuando el motor esté frío).

La calefacción de tu coche funciona básicamente absorbiendo el calor del refrigerante que circula por el motor. El motor tiene una temperatura de funcionamiento bastante alta (90-105 °C), que calienta rápidamente el refrigerante. El refrigerante tiene un ciclo largo en el que fluye desde el radiador al motor y vuelve al radiador, donde finalmente llega al calentador. Así que si sientes que tu calefacción no funciona, incluso si tu motor se ha calentado bien, es hora de comprobar tu nivel de refrigerante.

El refrigerante normalmente se guarda en un pequeño recipiente ligeramente separado del radiador. Si no es así, puedes añadir anticongelante o incluso agua para llevar el nivel de refrigerante al máximo. Si el problema persiste, hay algo más que está afectando a tu sistema de calefacción.

2. Termostato defectuoso

El termostato de un coche regula y mide la temperatura del motor. Determina cuánto refrigerante debe liberarse para mantener el motor a la temperatura óptima. Afortunadamente, es muy fácil comprobar un termostato defectuoso.

Debes arrancar tu coche en frío y mantener los ojos en el indicador de temperatura. Si el indicador de temperatura sube después de unos minutos, significa que tu termostato funciona, pero si no sube en absoluto, hay un mal funcionamiento. Si la temperatura sube a la mitad, debes abrir el radiador para ver si funciona. Si todavía no funciona, tu termostato no es la causa del problema.

3. Bloqueo de aire en las tuberías de refrigerante

Así que el termostato funciona perfectamente y hay suficiente agua/refrigerante en el radiador. Otra cosa que puede salir mal es una bolsa de aire en el sistema de calefacción. A veces, la suciedad o el aire pueden bloquear el sistema de calefacción y refrigeración, dificultando el funcionamiento del radiador. Si tienes algo de experiencia en eliminar bloqueos de aire, quitar esta bolsa de aire debería ser igual de fácil. El radiador tiene un tornillo de purga, o más simplemente, una salida de aire que te permite expulsar el aire de las tuberías.

Todo lo que tienes que hacer es localizar el tornillo de purga de aire en el radiador y arrancar el coche. Una vez que el motor esté en marcha y el ventilador del radiador comience, afloja el tornillo de purga, y después de un rato, oirás un silbido agudo desde la salida. Esa es la bolsa de aire que se está eliminando. Si alguna de estas instrucciones te parece demasiado complicada, siempre puedes obtener la ayuda de un amigo, o mejor aún, de un mecánico que hará el trabajo por ti.

4. Controles de calefacción rotos

habitáculo de calefacción del coche

La calefacción se controla a través de una serie de controles disponibles dentro del coche. Puedes ajustar la temperatura y otros ajustes cuando estás sentado en tu coche. Por lo tanto, si nada más funciona, es posible que solo los controles estén atascados o rotos.

Estos controles están hechos de materiales baratos como plástico, lo que los hace muy vulnerables a daños. Hay muchos videos en YouTube en Internet que te muestran cómo reparar los controles de calefacción, pero si no eres un aficionado al bricolaje, puedes invertir en controles nuevos. Son bastante baratos, así que no notarás el golpe en tu bolsillo.

En algunos casos, tendrás que reemplazar toda la unidad de control de la calefacción.

5. Compuertas/motores de calefacción rotos

Debajo de tu salpicadero hay compuertas que regulan el flujo de aire o el flujo de refrigerante a través de tu matriz de calefacción. Si alguna de estas compuertas/motores eléctricos está defectuosa, hay un gran riesgo de que tu calefacción no funcione como se sugiere.

Si tienes un coche más nuevo con motores eléctricos en las compuertas, muy probablemente obtendrás un código de error cuando escanees el sistema con un ordenador de diagnóstico.

También puedes localizar las compuertas e intentar ver si se mueven cuando cambias el control de la calefacción.

6. Matriz de calefacción obstruida

Si nada parece funcionar, es posible que tu matriz de calefacción haya fallado, lo que significa que estás a punto de hacer una visita al mecánico. La matriz de calefacción es el corazón del sistema de calefacción, así que es obvio que si la matriz de calefacción falla, todo tu sistema de calefacción fallará.

La matriz de calefacción es un componente costoso, y reemplazarla a menudo es una tarea difícil porque suele estar instalada profundamente bajo el salpicadero. El mecánico te cobraría alrededor de 600 a 1000 dólares dependiendo de la marca y modelo de tu coche. De este coste total, el radiador en sí cuesta de 100 a 250 dólares.

El verdadero culpable es el coste de la mano de obra, como habrás notado, ya que el coste de la mano de obra para tal trabajo suele ser alto.

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