
Mantén tu sistema de frenos en óptimas condiciones
Tus frenos son, sin duda, la parte del equipamiento más importante de tu coche. Un sistema de frenado defectuoso te pone a ti y a los demás en peligro de forma inmediata.
Aunque parece obvio que las pastillas de freno, los discos y las pinzas deben recibir mantenimiento, el cuidado del líquido de frenos suele ser completamente olvidado; muchos manuales de usuario solo indican verificar y ajustar su nivel. A continuación, te explicamos si y con qué frecuencia se debe cambiar el líquido de frenos, y para los manitas, también cubriremos los procedimientos.
01 a 04 ¿Cómo funciona el líquido de frenos?
El sistema de frenado está compuesto por palancas, pistones y fluido hidráulico (líquido de frenos), diseñado para transmitir la fuerza del pedal a los cuatro frenos. Cuando pisas el pedal, unos pequeños pistones en el cilindro maestro lo convierten en presión hidráulica. Como el líquido de frenos es incompresible, transmite esta presión de manera uniforme a todos los frenos.
Los pistones de la pinza de freno reconvierten esta presión hidráulica en fuerza mecánica. Dado que estos pistones son más grandes que el del cilindro maestro, multiplican tu fuerza varias veces para comprimir las pastillas de freno.
02 a 04 ¿Por qué y con qué frecuencia debes cambiar el líquido de frenos?
El líquido de frenos está tan descuidado que casi la mitad de todos los coches y camiones estadounidenses con más de diez años nunca han recibido un cambio. Curiosamente, en Europa, donde la inspección del líquido de frenos es obligatoria, aproximadamente la mitad no supera la prueba.
¿Por qué fallan los vehículos? Todo tiene que ver con una propiedad especial del líquido de frenos, que previene problemas aún mayores.
El líquido de frenos es higroscópico, absorbe agua que podría hervir fácilmente a las altas temperaturas del sistema. Esto es crucial, ya que la función principal del sistema de frenos es convertir la energía cinética de tu vehículo en energía térmica.
Mientras que el agua es incompresible, hierve a solo 100 °C, convirtiéndose en un vapor fácilmente compresible. En condiciones normales, los frenos pueden alcanzar entre 38 °C y 93 °C, y es normal que superen los 204 °C en una bajada prolongada.
- El líquido de frenos DOT 3 seco hierve a 205 °C, lo cual es aceptable en tráfico normal, pero puede causar problemas en colinas, por lo que algunos prefieren el DOT 4, que hierve a 230 °C.
- El líquido de frenos DOT 3 húmedo (con un 3.7% de agua) hierve a solo 140 °C, mientras que el DOT 4 húmedo lo hace a 155 °C.
Cuanto más se tarde en cambiar el líquido, más agua absorberá, aumentando el riesgo de que los frenos fallen en el peor momento.
Debes cambiar el líquido de frenos cada 30,000 km o cada dos años.
03 a 04 Qué necesitarás para cambiar el líquido de frenos
Para cambiar el líquido de frenos, necesitarás lo siguiente. Si ya has “sangrado” tus frenos para solucionar una pedalidad esponjosa (indicativo de aire en el sistema), ya sabes cómo hacerlo.
Necesitarás:
- Gato y soportes – Para levantar y sostener tu vehículo de forma segura.
- Herramientas para desmontar las ruedas – Para acceder a los frenos.
- Llave de torque – Para reinstalar las ruedas correctamente.
- Herramienta para sangrar frenos – Puedes comprar una o hacerla con una botella y un tubo de plástico.
- Llave para sangrar frenos – Normalmente una llave hexagonal de 8 mm o 10 mm.
- 32 oz (casi 1 litro) de líquido de frenos nuevo – Usarás bastante para purgar el sistema.
- Nuevos tapones de purga – Los viejos se degradan o se pierden.
- Sifón para líquido de frenos – Para extraer el líquido viejo del depósito del cilindro maestro.
- Limpiador de frenos y trapos – Para limpiar derrames.
- Equipo de Protección Individual (EPI) – Guantes de nitrilo y gafas de seguridad, ya que el líquido es irritante.
- Penetrante antioxido – WD-40 o similar para aflojar las viejas válvulas de purga.
04 a 04 Cambio del líquido de frenos paso a paso
Comienza levantando y asegurando tu coche sobre soportes, y retira las ruedas.
Retira los tapones de purga y rocía las válvulas con el penetrante. Mientras actúa, abre el capó y quita la tapa del depósito del cilindro maestro.
Usa el sifón para eliminar la mayor cantidad posible de líquido viejo. Quizás debas quitar un filtro para acceder mejor. Llena el depósito con líquido nuevo y procede a sangrar cada rueda en este orden: trasera derecha (TD), trasera izquierda (TI), delantera derecha (DD), delantera izquierda (DI). Importante: No dejes que el depósito se vacíe, o tendrás que empezar de nuevo para purgar el aire del cilindro maestro.
- Coloca la llave en la válvula de purga y conecta el tubo de plástico. Abre la válvula 1/4 de vuelta y pisa el freno de 5 a 6 veces. Verifica y rellena el nivel en el depósito.
- Bombea el pedal otras 5 o 6 veces. Comprueba que salga líquido nuevo y sin burbujas por el tubo. Si el líquido sigue oscuro, quizás necesites unas bombeadas más. El objetivo es hacer pasar unos 240 ml de líquido nuevo por cada freno. Luego, cierra la válvula de purga.
- Repite los pasos A y B para los frenos TI, DD y DI.
- Tras verificar que todas las válvulas estén cerradas, llena el depósito hasta “LLENO”, instala la tapa y arranca el coche. Pisa el freno y comprueba que esté firme. Limpia cualquier derrame, instala los tapones de purga, monta las ruedas, aprieta los tornillos y haz una prueba de manejo. El líquido de frenos usado se puede reciclar junto con tu aceite usado.
Ahora, cambiar el líquido de frenos puede parecer una tarea grande, pero es un trabajo sencillo que puede mejorar considerablemente la eficiencia de la frenada y la seguridad del vehículo.